El proceso de Reclamo Académico brinda a los estudiantes la oportunidad de corregir errores cometidos durante su inscripción, permitiéndoles reajustar su elección de carrera o institución educativa. Esta iniciativa se desarrolla en dos instancias fundamentales: la activación del reclamo, que depende de los estudiantes, y la certificación, responsabilidad de las instituciones educativas.
Primera instancia: Activación del reclamo académico
Desde el lunes 19 de mayo hasta el lunes 2 de junio, se lleva adelante la activación de reclamos académicos, momento en el que los estudiantes tienen la posibilidad de iniciar el proceso para corregir su inscripción. Es importante destacar que en esta fase, únicamente los estudiantes pueden realizar el trámite a través de la plataforma Mi Argentina.
Para ser habilitados en este procedimiento, los estudiantes deben cumplir con ciertos requisitos:
✔ Haber sido calificados como «No alumnos» en la certificación de inicio.
✔ Haber sido evaluados positivamente por ANSES en la instancia socioeconómica.
Las autoridades educativas han compartido un instructivo detallado sobre la activación de reclamos, con el objetivo de garantizar que toda la comunidad educativa esté informada y pueda difundir el procedimiento entre los estudiantes.
Segunda instancia: Certificación de los reclamos académicos
La segunda fase del proceso, correspondiente a la certificación, se habilitará desde el lunes 26 de mayo hasta el miércoles 18 de junio. En esta etapa, serán las instituciones educativas quienes verifiquen y validen los reclamos realizados por los estudiantes.
Además, durante la certificación se incluirán en los registros a aquellos estudiantes de los cuales no se obtuvo información durante la certificación de inicio, asegurando así que todos los casos sean contemplados dentro del sistema académico. En los próximos días, las instituciones recibirán detalles adicionales sobre esta fase, junto con los instructivos correspondientes.
La importancia de la corrección de datos académicos
Este procedimiento es clave para garantizar que los estudiantes cursen la carrera elegida en la institución correcta, evitando obstáculos administrativos que puedan afectar su desempeño académico. La posibilidad de rectificar errores en la inscripción refuerza el derecho de los alumnos a acceder a una educación adecuada y planificada.